Sales por la puerta
Al salir de la habitación llegas a un pasillo oscuro, sin ventanas, alumbrado por lámparas de aceite en las paredes. Al fondo hay un portón cerrado, y de él sale un murmullo de voces graves y agudas, te diriges hacia él.
El portón no tiene cerradura, solo una manivela, que giras y entras.
La sala es grande y entra la luz del cielo nublado por dos grandes ventanales. Tres personas se reúnen en torno a una mesa de madera, robusta, rectangular, dos de ellos sentados y con espacio para al menos tres más.
Dos de los presentes están sentados, y en pie, en una esquina de la mesa, una mujer anciana parece alegrarse al verte. Los manda callar y te señala.
La vieja es muy vieja, tiene abundante cabello corto y gris, está encorvada y viste una túnica morada que cubre su cuerpo. Los otros dos son un duende, al que le cuelgan los pies, de aspecto algo desagradable; y una robusta mujer, no desagradable a la vista, pero tan corpulenta que te intimida.
-Bueno, bienvenido, dormilón -te dice la vieja. -Te estábamos esperando, toma asiento y come algo, debes sentirte desconcertado, es tu primer despertar aquí.
-¿Qué lugar es este? ¿Estoy muerto?
-Ya no... esta es mi casa, mi cabaña. Yo soy Lazzar Veridius y eres mi invitado, tengo mucho que contarte, ¿quieres sentarte y seguir escuchando?
Te niegas a sentarte y desprecias la comida y la bebida
Tomas un cuchillo que hay en la mesa y te enfrentas a ellos exigiendo explicaciones

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